sabato 20 dicembre 2008

¡Feliz año nuevo!

Año nuevo
Por Cristina Sanna

Que todos mi deseos se cumplan. Que todo el mundo se ir satisfecho por haber logrado cumplir lo que aspiraban. Que solo los deseos que tienen buenos sentimientos sean realidad. Que los deseos malos se conviertan en polvo.
Que mi hijo siga navegando por la adolescencia con amores contrariados y sin heridas mortales. Que mis padres cumplan mucho más. Que mi marido siga viajando sin peligro. Que mis amigos quieran seguir siendo mi familia y que mi enemigos se olviden de nosotros.
Que acabe de conseguir el trabajo de mi vida y que siga escribiendo. Que mis apasionados lectores sigan leyendome.

Que los jóvenes descruban la pasión por la politíca. Que los politicos corruptos dejen el puesto a las generaciones futuras. Que los politicos oxidados se jubilen y que reciban una pensión de ancianidad sin privilegios. Que todo el mundo reciba la pensión cuando termine el tiempo de trabajar. Que los jóvenes quieran recuperar el tiempo perdido. Que los jóvenes sean más curiosos de aprender, conocer y leer.

Que termine la corrupción. Que la casta se debilite. Que el dinero público sea mejor invertido en viviendas, transporte público, sanidad y cultura. Que la deuda público desapazca. Que los empleados públicos sean más responsables. Que se permita el despido contra los que no hacen nada. Que se introduzca el despido en las oficinas públicas. Que se cierren las universidades que han regalado a sus estudiandes, en cambio de dinero, los exámenes. Que todos lo que han recibido estos regalos se queden en casa.

Que los medios de comunición sean más imparciales. Que la información sirva para lograr la plena democracia. Que la programación de las cadenas de televisión deje de dar verguenza ajena. Que los periódicos difundan una cultura de la realidad. Que se recuerde a Gabriele Sandri, para que a la injusticia tremenda de su muerte no se sume el crimen inconcebible de otras muertes iguales. Que el fútbol sea más jocoso y gozoso.

Ahora, para los más perezosos, quiero escribir 12 deseos para la nochevieja[1], para cuando se come un uva por cada toque de campana y con la última, se entra en el nuevo año.

1) Que se abola en todo el mundo la pena de muerte
2) Que no se abondonen más a los niños
3) Que los niños vuelvan a jugar con los jueguetes y que dejen de jugar, por siempre, con los videojuegos
4) Que las guerras y las guerrillas terminen;

5) Que se realice la paz en el mundo.
6) Que se encuentren los medicamentos para curar la enfermedad más grave de nuestro tiempo;
7) Que no se conozcan nuevas enfermedades;
8) Que a los probres le toque la loteria

9) Que termine el hambre en el mundo, la violencia sexual infantil y la violencia sobre las mujeres
10) Que se libere a todos los secuestrado
11) Que este mundo deje de dar miedo
12) Que se desarrolle una vida mejor para todos


[1] En España la tradición de Nochevieja más extendida es la de las doce uvas, que tuvo sus orígenes en Alicante, en 1909, año en el que unos viticultores alicantinos la iniciaron para dar salida a un excedente de cosecha. Consiste en comerse una uva cada campanada que da el reloj a las 12 de la noche el día 31 de diciembre.
Se dice que quien no coma las 12 uvas antes de que terminen las campanadas tendrá un año de mala suerte.
Cada ciudad de España tiene un lugar particular para recibir el Año Nuevo. El más conocido e importante es la Puerta del Sol en Madrid. Allí se reúnen miles de personas frente a un reloj centenario. Despues de las 12 campanadas ya en el año nuevo es muy común felicitarse el año con todos los familiares de la cena y llamar a todos los que están fuera. Despues se brinda con champán, cava o sidra.
Este evento se retransmite en directo por la televisión. Los españoles desde sus casas esperan el momento de la primera campanada para comer las doce uvas, 36 segundos antes de la medianoche. Se come una uva cada tres segundos, una por cada campanada. Previamente, antes de las campanadas, baja una bola metálica del reloj y suenan cuatro cuartos (que algunas personas confunden con el inicio de las campanadas).

En la Nochevieja de 1989, la locutora de Televisión Española Marisa Naranjo se equivocó y anunció como cuartos lo que eran en realidad ya las campanadas. De esta forma, involuntariamente, dejó a todos los españoles sin poder tomar las uvas. Al día siguiente, la noticia apareció en todos los medios de comunicación. Hoy en día, aún se recuerda ese famoso gazapo televisivo.

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